Tú ves, oh mi Dios, cómo Tus amados han sido rodeados por los rebeldes de entre Tus criaturas y los malvados de entre Tu pueblo. No queda lugar en que no se haya elevado el lamento de Tus amados y el gemido de Tus escogidos. Te imploro, por Tu Más Grande Nombre, que saques la mano del poder del seno de Tu fuerza y asistas con ella a todos los que Te aman.
Tú ves, oh mi Dios, sus ojos vueltos hacia Ti, su mirada puesta en la Aurora de Tu poder y Tu amorosa providencia.
Transmuta, oh mi Señor, su humillación en gloria, su pobreza en riqueza, y su debilidad en una fortaleza nacida de Ti.
Potente eres Tú para hacer lo que desees. No hay Dios sino Tú, el Omnisciente, el Informado de todo.