¡OH VOSOTROS QUE TENÉIS ENTENDIMIENTO PARA CONOCER Y OÍDOS PARA ESCUCHAR! El primer llamado del Amado es éste: ¡Oh ruiseñor místico!, no habites sino en el rosedal del espíritu. ¡Oh mensajero del Salomón del amor!, no busques refugio sino en la Sabá del bienamado. Y, ¡oh fénix inmortal!, no mores sino en el monte de la fidelidad. Allí está tu morada si con las alas de tu alma te remontas hacia el reino del infinito y tratas de alcanzar tu objetivo.