Oración para ser recitada al terminar la reunión de la Asamblea Espiritual
¡Oh Dios! ¡Oh Dios! Desde el reino invisible de Tu unicidad, henos aquí reunidos en esta reunión espiritual, creyendo en Ti, confiando en Tus señales, firmes en Tu Alianza y Testamento, atraídos hacia Ti, encendidos con el fuego de Tu amor y leales a Tu Causa. Somos siervos de Tu viña, propagadores de Tu religión, fieles adoradores de Tu semblante, humildes ante Tus amados, sumisos ante Tu puerta, implorándote que nos confirmes en el servicio a Tus elegidos, que nos sostengas con Tus huestes invisibles, nos fortalezcas en Tu servidumbre y nos conviertas en siervos sumisos y devotos en comunión contigo.
¡Oh Señor nuestro! Somos débiles y Tú eres el Fuerte, el Poderoso. Estamos sin vida, y Tú eres el gran Espíritu vivificador. Estamos necesitados, y Tú eres el Sustentador, el Poderoso.
¡Oh Señor nuestro! Vuelve nuestros rostros hacia Tu semblante compasivo, aliméntanos de Tu mesa celestial con Tu abundante gracia, ayúdanos con las huestes de Tus ángeles supremos y confírmanos mediante los seres santos del Reino de Abhá.
Verdaderamente, Tú eres el Generoso, el Misericordioso. Tú eres el Poseedor de gran munificencia y, en verdad, Tú eres el Clemente y el Magnánimo.