¡OH HIJOS DE LA VANAGLORIA! Por una soberanía efímera habéis abandonado Mi dominio imperecedero y os habéis adornado con las alegres vestimentas del mundo y hacéis alarde de ello. ¡Por Mi belleza! A todos los reuniré bajo la cubierta unicolor del polvo, y borraré todos esos colores diferentes, salvo aquellos que elijan el Mío, y eso es purificarse de todo color.