¡Oh mi Dios, oh mi Dios! Este siervo Tuyo ha avanzado hacia Ti, vaga apasionado por el desierto de Tu amor, camina por el sendero de Tu servicio, espera Tus favores, anhela Tu munificencia, confía en Tu reino y está embriagado con el vino de Tu dádiva. ¡Oh mi Dios! Aumenta el fervor de su devoción por Ti, la constancia de su alabanza de Ti y el ardor de su amor por Ti.
Verdaderamente, Tú eres el Más Generoso, el Señor de gracia abundante. No hay otro Dios más que Tú, el Perdonador, el Misericordioso.