¡OH HIJO DE LO MUNDANO! Grato es el reino del ser, si llegases a él; glorioso es el dominio de la eternidad, si fueses más allá del mundo de la mortalidad; dulce es el sagrado éxtasis, si bebieses del cáliz místico de manos del Joven celestial. Si alcanzaras esta posición, te librarías de la destrucción y de la muerte, del afán y del pecado.