¡Oh bondadoso Señor! Estos son Tus siervos que han concurrido a esta reunión, se han vuelto hacia Tu reino y necesitan Tus dádivas y bendiciones. ¡Oh Dios! Manifiesta y haz evidentes las señales de Tu unicidad que han sido depositadas en todas las realidades de la vida. Revela y despliega las virtudes que has dejado latentes y ocultas en estas realidades humanas.
¡Oh Dios! Nosotros somos como plantas y Tu generosidad es como la lluvia; refresca y haz crecer estas plantas mediante Tu favor. Somos Tus siervos; líbranos de las cadenas de la existencia física. Somos ignorantes; haznos sabios. Estamos muertos; vivifícanos. Somos de materia; dótanos de espíritu. Estamos excluidos; haznos los confidentes de Tus misterios. Estamos necesitados; enriquécenos y bendícenos con Tu tesoro ilimitado. ¡Oh Dios! Resucítanos; danos vista; danos oído; familiarízanos con los misterios de la vida, para que los secretos de Tu reino nos sean revelados en este mundo de la existencia y podamos confesar Tu unicidad. Toda dádiva emana de Ti; toda bendición es Tuya.
Tú eres fuerte. Tú eres poderoso. Tú eres el Donador y Tú eres el Siempre Munífico.