¡Oh buscador de la Verdad! Si deseas que Dios abra tus ojos, debes suplicarle, orar y comulgar con Él a medianoche diciendo:
¡Oh Señor! He vuelto el rostro hacia Tu reino de unicidad y estoy sumergido en el mar de Tu misericordia. ¡Oh Señor! Ilumina mis ojos con la visión de Tus luces en esta noche oscura, y hazme feliz con el vino de Tu amor en esta edad maravillosa. ¡Oh Señor! Haz que oiga Tu llamado y abre ante mi rostro las puertas de Tu cielo, para que pueda ver la luz de Tu gloria y sentirme atraído hacia Tu belleza. Verdaderamente, Tú eres el Donador, el Generoso, el Misericordioso, el Perdonador.