¡OH MORADORES DEL SUPREMO PARAÍSO! Proclamad a los hijos de la certeza que en los dominios de la santidad, cerca del paraíso celestial, ha aparecido un nuevo jardín, alrededor del cual circundan los habitantes del reino de lo alto y los moradores inmortales del excelso paraíso. Esforzaos, pues, por alcanzar esa posición, para que en sus anémonas desentrañéis los misterios del amor y de sus eternos frutos aprendáis el secreto de la divina y consumada sabiduría. ¡Solazados son los ojos de quienes entran y permanecen allí!