En la tercera de las más sagradas líneas escritas y consignadas por la pluma del Invisible en la Tabla Rubí, se revela esto:
¡OH HERMANOS! Sed indulgentes unos hacia otros y no pongáis vuestro afecto en las cosas del mundo. No os enorgullezcáis de vuestra gloria ni os avergoncéis de la humillación. ¡Por Mi belleza! He creado todo del polvo, y al polvo lo haré regresar.