¡Oh mi Dios, oh mi Dios! Gloria a Ti por cuanto me has confirmado para reconocer Tu unicidad, me has atraído hacia la palabra de Tu singularidad, me has encendido con el fuego de Tu amor y has hecho que me ocupe en Tu mención y en el servicio a Tus amigos y siervas.
Oh Señor, ayúdame a ser sumiso y humilde, y fortaléceme para que pueda desligarme de todas las cosas y asirme al borde de la vestidura de Tu gloria, para que mi corazón se llene con Tu amor y no deje lugar para el amor al mundo y el apego a sus cualidades.
¡Oh Dios! Elévame por encima de todo cuanto no seas Tú, purifícame de la escoria de pecados y transgresiones, y haz que posea un corazón y una conciencia espirituales.
Verdaderamente, Tú eres misericordioso y, verdaderamente, Tú eres el Más Generoso, Cuya ayuda todos anhelan.