¡OH HIJO DEL ESPÍRITU! Lo más amado de todo ante Mi vista es la Justicia; no te apartes de ella si Me deseas y no la descuides para que pueda confiar en ti. Con su ayuda verás con tus propios ojos y no con los ojos de otros, y conocerás con tu propio conocimiento y no mediante el conocimiento de tu prójimo. Reflexiona en tu corazón cómo te corresponde ser. En verdad, la justicia es Mi don para ti y el signo de Mi amorosa bondad. Tenla pues ante tus ojos.