¡Oh Tú, Dios bondadoso!
Desde Estados Unidos, ese distante país, viajamos a la Tierra Santa y nos dirigimos a este santo Lugar. Llegamos a los dos benditos y sagrados Umbrales, y obtuvimos de ellos gracia ilimitada. Hemos venido ahora al Monte Carmelo, que es Tu sagrado jardín. La mayoría de los Profetas se dirigieron a Ti en oración en esta santa montaña, y estuvieron en comunión contigo, con la mayor humildad, a la hora de la medianoche.
¡Oh Señor! Estamos ahora en este bendito lugar. Suplicamos Tus infinitas dádivas y anhelamos una conciencia dichosa y tranquila. Deseamos firmeza en la Alianza y buscamos Tu complacencia hasta nuestro último suspiro.
¡Oh Señor! Perdona nuestros pecados y concédenos Tus múltiples favores. Ampáranos en el refugio de Tu protección. Resguarda y protege a estos dos niños pequeños, y críalos en el regazo de Tu Amor.
Tú eres el Perdonador, el Resplandeciente, el Amoroso.