¡OH HIJOS DE LA NEGLIGENCIA! No pongáis vuestro afecto en la soberanía mortal y no os regocijéis en ella. Sois como el pájaro incauto que con plena confianza canta sobre la rama hasta que de repente la Muerte cazadora lo derriba al polvo, y la melodía, la forma y el color desaparecen sin dejar rastro. Por tanto tened cuidado, ¡oh esclavos del deseo!