¡OH HIJO DE MI SIERVA! La guía siempre la han dado las palabras, pero ahora la dan las acciones. Todos deben exhibir acciones que sean puras y santas, pues las palabras son propiedad de todos por igual, en tanto que acciones como éstas pertenecen sólo a Nuestros amados. Esforzaos, pues, de alma y corazón para distinguiros mediante vuestras acciones. Así os aconsejamos en esta santa y resplandeciente tabla.